



La mesa camilla no es solo un mueble tradicional: es un elemento multifuncional que ha servido durante generaciones como fuente de calor, espacio de convivencia y pieza central del hogar. Aunque su uso principal ha sido combatir el frío, con el tiempo ha ido adquiriendo nuevos propósitos y adaptándose a diferentes estilos de vida.
Calor y abrigo: su función más clásica
El uso más común de la mesa camilla es, sin duda, el de proporcionar calor durante el invierno. Su diseño consiste en una estructura de mesa cubierta con una faldilla larga que retiene el calor generado por un brasero situado debajo. Esta combinación crea un pequeño microclima, cálido y acogedor, ideal para combatir el frío de forma eficiente y económica.
Quienes se sientan alrededor de la mesa introducen las piernas bajo la faldilla, disfrutando del calor que se acumula debajo. Esta forma de calentar el cuerpo ha sido fundamental en muchas casas antes de que existieran sistemas de calefacción modernos.
Un lugar para compartir
Además de su utilidad térmica, la mesa camilla ha sido históricamente el punto de encuentro en el hogar. A su alrededor se reúnen familias y amigos para:
Conversar
Coser o tejer
Jugar a las cartas o a juegos de mesa
Estudiar o leer
Tomar café o merendar
En este sentido, la mesa camilla cumple también una función social, generando un ambiente íntimo y cercano. No es solo un mueble funcional: es una excusa para estar juntos y compartir el calor humano, además del físico.
Uso actual en hogares modernos
Aunque muchas casas hoy disponen de calefacción, la mesa camilla no ha desaparecido. Se ha reinventado para convivir con las nuevas tecnologías, convirtiéndose en un elemento versátil y decorativo que aporta confort y estilo.
Hoy en día, muchas personas la usan como:
Mesa auxiliar en salones o salas de estar
Punto de lectura o trabajo en invierno
Elemento decorativo con sabor tradicional
Sustituto ocasional de la mesa de comedor
En pisos modernos, especialmente aquellos con diseño rústico, minimalista o vintage, la mesa camilla puede integrarse como un guiño al pasado, sin perder funcionalidad.
¿Es útil una mesa camilla en la actualidad?
Sí, y mucho. Gracias a los braseros eléctricos y al diseño de faldillas modernas, sigue siendo una opción muy práctica para calentar zonas concretas sin necesidad de encender toda la calefacción. Esto supone un ahorro energético importante, sobre todo en casas grandes o mal aisladas.
Además, su uso no está limitado al invierno: fuera de temporada, puede mantenerse como una mesa decorativa o cubrirse con un mantel ligero para otros fines.
En resumen…
La mesa camilla es un mueble que trasciende épocas y estilos. Su función principal ha sido dar calor y confort, pero también ha servido como lugar de reunión, trabajo y descanso. En un mundo donde todo avanza muy rápido, la mesa camilla nos recuerda que el calor del hogar se construye con pequeñas cosas: una conversación tranquila, una manta, y el calor que viene de abajo… y de dentro.